En el otro platillo de la balanza empujan la presión política y vecinal. Con las elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina, algunos partidos han considerado que decir «amén» a un almacén cuyos efectos sanitarios y en la seguridad no tienen claro y están bajo sospecha -pese a que los expertos aseguran que la gestión se centralizará, se hará a través de cápsulas de acero y se ganará en seguridad- conllevaría echarse encima a los vecinos.
martes, 26 de enero de 2010
El cementerio nuclear
En un platillo de la balanza, es un «salvavidas» económico. El almacén temporal centralizado (ATC), que ya se ha dado a conocer como el cementerio nuclear que albergará 7.000 toneladas de combustible de las centrales nucleares españolas y unos 1.900 metros cúbicos de residuos procedentes del desmantelamiento de las plantas del país, supondrá la inyección directa de entre seis y diez millones de euros al año para el pueblo que se ofrezca «voluntario» a acogerlo. Por no hablar de que creará 300 empleos directos, con picos de 500.
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